Personajes del Oriente

PRESBITERO JORGE RAMON DE POSADA Y MAURIZ
Segundo Libertador de Antioquia. Prócer de la Independencia.
Padre del Oriente Antioqueño.
Por: Amanda Gómez Gómez




Fue Cura Párroco de Marinilla por espacio de 48 años. Nació en Medellín el 23 de abril de 1756. Murió en Marinilla el 15 de enero de 1835, a la edad de 79 años. Había iniciado aquí su ministerio el 4 de agosto de 1787. Su relevante figura aparece en los últimos decenios de la Colonia y en los períodos de la Emancipación y principios de la República, con tan notable brillantez y altura en lo espiritual, patriótico, humanístico y social, que fue llamado en su época “Segundo Libertador de Antioquia”, “Verbo de la Libertad” (con acento apostólico) y ‘Plasmador de la Raza del Oriente Antioqueño”, especialmente en su jurisdicción eclesial del antiguo Cantón de Marinilla - que abarcaba una extensa región entre las márgenes del Rionegro y del Magdalena-, de la que se fueron desmembrando numerosas parroquias.

Recibió en el Colegio-Seminario de San Bartolomé doctorado en derecho Canónico y Civil, como también su ordenación sacerdotal por manos del arzobispo Virrey D. Antonio Caballero y Góngora, esta última er 17 de diciembre de 1780, regresando a Medellín sin aceptar la Vicerrectoría del Colegio-Seminario, la cual le fue ofrecida en vista de su saber y brillantes cualidades personales. Elemento civilizador, catalizador y formidable impulsor del desarrollo; descuajó selvas abió caminos, Íeva* putes, descubrió y puso a producir salinas. Fundador de Cocomá en 1793, senxó tan*,ión allí la primera caña de azúcar, enseñando su cultivo y elaboración. Estableció en Maririilla un taller de mantas y de lienzos, balo la dirección de maestros traídos de Bogotá y del Socorro (Santander). Igualmente creó en esta ciudad la primera Escuela Pública que existiese en la comarca, sosteniéndola con su propio pecunio, la que a mucho honor lleva hoy su nombre. Reconstruyó además, con el aporte de su dinero y con el trabajo de sus esclavos, el templo parroquial, con esmero.
Actuó como Vicepresidente del Serenísimo Colegio Constituyente y Electoral reunido en Rionegro, del cual salió la primera Constitución dada para la Provincia de Antioquia - expedida el 21 de marzo de 1812 -, haciendo sentar en ella importantes -cláusulas relativas a libertades y derechos ciudadanos, desconocidos hasta entonces.

El Dr. Jorge Ramón de Posada y Mauriz, también llamado “el Sacerdote Prócer”, fue un personaje de magnánimo corazón, demostrado en el acto más solemne de su vida, cuando en la Ciudad de Marinilla - año 1813 - en ceremonia solemnísima dio libertad a 83 esclavos suyos. Les dijo entonces: “Hijos Míos, desde hoy sois libres, iguales a mí...”. Les entregó su carta de libertad y a cada matrimonio una fanegada de tierra para edificar casa. No consintió que en adelante le volviesen a llamar “amo”, sino “amigo”. Uno de dichos esclavos, Bernardo Posada, llegó más tarde a ser Coronel de la República.

Reconocido por su patriotismo, este consanguíneo del Héroe de San Mateo puso al servicio de la Emancipación buena parte de su gran fortuna, sosteniendo soldados y familias patriotas. Brazo derecho de José María Córdoba y de D. Juan del Corral, recorrió la Provincia antioqueña para encender con su verbo el fuego de la libertad. Siempre leal a Bolívar, nunca disminuyó su admiración hacia él.

En colaboración con el Mayor José Urrea y otros distinguidos patriotas, el Sacerdote Prócer organizó la primera fuerza que salió de Antioquia para la Campaña del Sur al lado de Nariño, compuesta por jóvenes marinillos, voluntarios de selección (1813 y 1814). De los 125 muchachos que lo formaron, muy pocos regresaron con vida, entre ellos dos hijos de la Heroína Simona Duque de Alzate.

Cuando Córdoba llegó a Nare para emprender la campaña Libertadora de Aritioquia, el Dr. Posada coadyuvó en lo que hizo para facilitar la entrada de aquél en la Provincia, tras la huida de Marinilla, mediante audaces estratagemas, del Comandante realista Mauricio Villalobos, quien tenía el encargo de D. Carlos Totrá de hostigar al levita y a su pueblo. Llegó Córdoba a esta Ciudad y reinlegró su cansada tropa con unidades jóvenes y valientes. A raíz del combate de Chorros Blancos, llevado a cabo el 12 de febrero de 1820 contra D. Francisco Warleta — en el cual fue sellada la libertad de Antioquia -, el Sacerdote Prócer estuvo con 400 hombres por los lados de Santo Domingo, hasta el triunfo definitivo. Se le llamó, desde entonces, el “Segundo Libertador de Antioquia”.
JUAN DEL CORRAL

Otorgó a Marinilla el Título de Ciudad. Libertador de Antioquia



Por: Juan B. GiraldoC.
Este ilustre patriota nació en la Ciudad de Mompox, Departamento de Bolívar, el 23 de Junio de 1778. Fue nombrado Dictador entre el 30 y el 31 de Julio de 1813 y murió el 7 de abril de 1814, en Rionegro. Quiere decir que estuvo al frente del Estado Soberano de Antioqula 9 meses y 8 días, contando los días de su enfermedad y estuvo en la tierra de los mortales casi 36 años.
De D. Juan Bautista del Corral, dicen los historiadores que muy joven llegó a Santa Fe de Antioquia y se dedicó al comercio. Allí estaba cuando el grito de nuestra posible independencia resonó el 20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá.
En Antioquia se estableció el Serenísimo Colegio Constituyente y Electoral, como entidad máxima para luchar por la independencia, compuesto con representantes de los ayuntamientos más importantes de ese momento. Por Marinilla asistieron el médico Isidro Peláez y el Pbro. Jorge Ramón de Posada. Esto pasaba en 1811.
Llegó el año 12 y no se notaba una actividad concreta por la lucha emancipadora; en el año 13, lo mismo: una especie de quietud se notaba en los miembros del Serenísimo Colegio; pero en un momento dado surgió un hombre enérgico y de valor y manifestó en breve discurso la pasividad en que se estaba, todo esto en términos muy elocuentes  y claros; entonces fue nombrado este varón, D. juan del Corral, como Dictador con
amplias facultades. Téngase presente que la palabra ‘Dictador” en ese momento tenía sentido distinto: el que dicta, el que ejecuta por sí y a nombre de otros.

Este D. Juan hace lo que tenía que hacer: organiza, da órdenes, hace proclamas, es el hombre que el momento requiere. Y viene el acto mayor de su vida: proclama la Independencia de Antioquia, el 11 de agosto de 1813, al llevar apenas 12 o 13 días de  gobierno; esto anima, crea mística y da valor a nuestras gentes.

Otro acto importantísimo en su corto mandato: Les confiere el título de ciudad, que era una tradición española, a las dos Villas que sobresalían y daban mística en el conglomerado. Esas Villas eran San José de La Maririilla y Medellín, para igualarlas en categoría a otras Ciudades, que eran Santa Fe de Antioquia y Rionegro.

Este título, otorgado por D. Juan del Corral y lo que hizo él por Antioqula, son los principales fundamentos para que la Municipalidad Marinilla le consagre un retrato en  el salón de su cuerpo edilicio.

SIMONA DUQUE DE ALZATE
1773-1858
Heroína Colombiana. Ejemplar en el desprendimiento y en el amor a la Patria. Entregó a sus 7 hijos para que sirvieran a la causa de la
emancipación. Máximo exponente de la Mujer Marinilla.


 Por: Amanda Gómez Gómez
Esta máxima heroína Marinilla, nace el 29 de marzo de 1 773. Hija (se ha dicho) de Andrés Duque y Ana María Rincón. A los 14 años contrae matrimonio con José Antonio Alzate - de su misma tierra nativa - y tiene 8 hijos: Antonio María, Manuel, Andrés, Francisco, José María, María Antonia. Juan Nepomuceno y Salvador. A los 14 años de su unión conyugal queda viuda, teniendo apenas 28 cumplidos. Muere en Marinilla a los 85 años de edad, el día 17 de enero de 1858. El gran acto heroico de su vida, que la sublimiza en los anales de la patria, lo hace a los 46 años. Su narración deberíamos de grabarla en caracteres de oro puesto que es un hecho verdaderamente grandioso, brillante y magnánimo:
Cuando los españoles se esforzaban por la reconquista del poder (perdido éste mediante la revolución del 20 de Julio de 1810 en Santafé de Bogotá y la posterior Batalla de Boyacá, el 7 de agosto de 1819), se hace presente el Coronel José María Córdoba en las Ciudades de Marinilla y Rionegro, con miras al reclutamiento voluntario de personal para continuar la defensa de Antioquia y de Colombia toda. Esto sucede en 1819, a los pocos días de que en Marinilla - con audaces estrategias - hiciesen huir de la plaza principal al Comandante Mauricio Villalobos, quien hostigaba a la ciudadanía por órdenes de Tolrá.
En el mes de octubre de 1819, en el cuartel del gallardo militar José María Córdoba, tocan a su entrada. El Edecán Niño abre las puertas y se encuentra sorpresivamente con  una mujer de 46 años, quien trae un lucido cortejo de cinco vigorosos jóvenes vestidos de viajeros. Niño dice al coronel: -Una mujer se encuentra allí y desea hablarle. Córdoba entabla diálogo con la dama y comprende cuán grande es el patriotismo de su interlocutora.
- En qué puedo servirle, señora?
- Vengo Señor, a traerle mis joyas para contribuir a salvar la Patria.
Doy a usted las gracias en nombre de la República y acepto su generosa oferta, porque, como sabrá usted, aún quedan enemigos en el territorio y es preciso exterminarlos.
- Con este fin he traído, Coronel, lo que tengo
- Y qué será, señora, su ofrenda, tan espontánea y oportuna?
- Son cinco de mis hijos. Y como al punto los llamó, se presentaron aquellos jóvenes, altos, robustos, bien constituidos, morenos y de arrogante figura.
El futuro vencedor en Chorros Blancos se sorprendió al ver semejante desprendimiento.
- Señora, a quién deja usted para que la atienda en su subsistencia?
- Todavía sé y puedo trabajar, contestó ella.
Al punto fueron enrolados en las filas libertadoras y a lo largo de las campañas que vinieron fueron dóciles a sus jefes, estrictos en el cumplimiento de sus deberes, llenos de valor.
Algunos jamás volvieron y los otros llegaron inválidos, pero con la satisfacción grande de haber servido a la libertad. (Ramón Correa).
Simona Duque dejó de presentar a Córdoba a dos de sus hijos, por fuerza mayor, pues sabemos que uno de ellos, José María, se encontraba en cama y al mejorar, voló a encontrarse con sus hermanos ya en filas.
De los siete varones que siguieron a Córdoba en sus campañas, vale decir todos los hijos de la heroína, Francisco sufrió heridas en la columna vertebral - en el Combate de Ovejas - y quedó tullido por 35 años; a otro, Antonio, le quedó inútil una de sus manos, por heridas que recibió en el Combate de Tenerife; Manuel murió en 1821 en la toma de Cartagena por Montilla; muere Andrés en su ancianidad, tullido y ciego.
RAFAEL MARIA GIRALDO ZULUAGA
1808-1862
Hijo esclarecido de esta ciudad. Modelo de gobernantes.


Por: Francisco Duque Betancur. (de su Historia del Departamento de Antioquia).
(Hijo de D. Ramón y doña María Ignacia, vio la luz en “El Roble” - paraje de Aldana - hoy jurisdicción del El Santuario de y antes de Marinilla,
De niño, en esta Ciudad le tocó respirar el ambiente de patriotismo que dominaba en ella en los momentos heroicos de la Independencia y parece que grabaron en su mente muestra imborrable, porque de tal estilo dio ejemplo vigoroso durante su lucha y sacrificio en pos de generosos ideales. Alumno del Colegio del Rosario en Bogotá (enviado por su hermano, el Padre Miguel María), obtuvo allí su grado de jurisprudencia en 1834. Regresó luego a su ciudad natal para consagrarse a la enseñanza de la juventud, a lo que hubo de comprometerse en Marinilla el día 24 de junio de 1837 como “Director y Preceptor de la Casa de Educación Pública” (Colegio de San José) y para enseñar Filosofía, Gramática y Castellano. Se abrió el Colegio en agosto de 1838.

El 1. de julio de 1851, cuando debía de entrar a regir la ley que dividía la antigua Provincia de Antioquia en tres, apoyó según sus convicciones la revolución proclamada por el General Eusebio Borrero y al efecto fue nombrado por éste Gobernador de la Provincia de Medellín. Como consecuencia de la derrota pasó al Perú pcw diez y ocho meses, al cabo de los cuales pudo regresar a la patria mediante un indulto.
En la lucha contra el dictador Melo (1854) le correspondió la comandancia del batallón “Marinilla”. Entonces escribió “El Catolicismo”, de Bogotá: “Los antioqueños siempre leales y valientes se presentaron a la pelea y sus madres, esposas e hijas, al estrecharlos en sus brazos, le dijeron: Id y venced. Pero las de Marinilla les dijeron más: “Libertad a las señoras de Bogotá o morid en la demanda”. Era este el lema que llevaba el batallón que mandaba el Dr. Giraldo en su propia bandera”. Las damas de Bogotá correspondieron con otro hermoso pabellón bordado por manos de la ilustre y distinguida hija de D. Camilo Torres.
Una vez reintegrada la antigua Provincia de Antioquia, el Dr. Giraldo fue elegido de nuevo como Gobernador desde el 31 de agosto de 1855, en forma provisoria y luego reelegido para el período que terminó el 31 de diciembre de 1861; en seguida continuó en el mismo cargo como primer Designado hasta el 21 de enero de 1862 (en pleno auge de la guerra que promovió Mosquera). Desde este elevado cargo el Dr. Giraldo servía sus deberes todo el día y a veces en la noche para atender mucho por su cuenta, ya que todos reconocían su actividad para los ramos de hacienda, contabilidad, caminos, instrucción pública, régimen político y municipal, etc.
(El Dr. y General Rafael María Giraldo Zuluaga entregó el Mando, retomó la espada y se fue al Sur).
La tercera División en el Cauca se componía de tropas antioqueñas organizadas por el Dr. Giraldo y bajo el mando del General Braulio Henao, luchador desde la época de la independencia.
Por segunda vez este General marchó—al Valle del Cauca y avanzando hacia Cali fue sorprendido y hecho prisionero temporál mente por el General Payán, el 25 de marzo de 1862, en el combate de las Hojas. Otra veziibre y separadas sus fuerzas de las de D. Julio Arboleda por planes del último (Arboleda), que el primero (Henao) no compartía, pero que obedeció en asocio del General Giraldo, sufrieron estos dos el desastre de Santa Bárbara de Cartago, el día 18 de septiembre de 1862, donde pereció luchando hasta morir, conforme a su promesa, el ex-Gobernador del Estado de Antioquia.
Don Eladio Gónima, historiador de opiniones políticas contrarias a las del Dr, Giraldo, escribió acerca de este Mandatario: “Murió con gloria y llorado hasta de sus contrarios”. Luego agregó: “Desearnos para nuestra Antioquia, muchos hombres que se le parezcan en el patriotismo y alteza de miras” (Cabe recordar que fue también “Administrador General de Hacienda, Diputado a la
Cámara Provincial y Miembro del Consejo de Profesores de Jurisprudencia del Colegio Provincial de Antioquia, en los cuales puestos brilló por su talento y cordura”, según el historiador y médico Mauricio Ramírez Gómez).
José María Córdova
1799-1829
Fiel defensor de la patria y prócer de la liberta ante los españoles
Prócer antioqueño de la Independencia (Concepción), septiembre 8 de 1799 - El Santuario, octubre 17 de 1829). José María Cordova, conocido como el "Héroe de Ayacucho", fue el general antioqueño más destacado durante el período de Independencia.
Hijo de Crisanto de Córdova y Mesa, pequeño comerciante activo en el oriente antioqueño que apoyó las tempranas acciones en pro de la independencia, y de Pascuala Muñoz Castrillón, Córdova no tuvo mucha educación. Gracias al curso militar de Cuerpo de Ingenieros de a República de Antioquia, organizado en 1814 por el sabio Francisco José de Caldas en Medellín, se empezó a interesar por la causa revolucionaria.
En 1815 se enroló en el ejército y marchó a Tunja a combatir contra los españoles, con el grado de subteniente, bajo el mando del coronel francés Emanuel Roergas Serviez, su primer maestro en asuntos militares. El batallón en que combatía contribuyó a la victoria en la batalla del río Palo, y Córdova fue ascendido a teniente, con sólo 16 años de edad. Con el inicio de la reconquista española en 1815, Serviez fue nombrado general en jefe del ejército, pero derrotado en 1816, debió replegarse a los Llanos Orientales.
Allí Serviez fue asesinado, presuntamente por órdenes de José Antonio Páez, y Córdova fue acusado de deserción cuando trataba de huir. Finalmente, Córdova se libró del fusilamiento a que lo condenó el consejo de guerra, y poco tiempo después se le dio un puesto de mando, con motivo de la llegada de Bolívar con Venezuela, en 1816. Córdova marchó a Guyana en 1817 y el Libertador lo incorporó a su estado mayor. Al finalizar la campaña libertadora de 1819, Bolívar comisionó a Córdova el desalojo definitivo de los últimos reductos del ejército realista en Antioquia y la CostaAtlántica, luego de lo cual debía asumir el gobierno de la Provincia, evidenciando en poco tiempo su carencia de dotes como gobernante. Córdova expulsó a Francisco Warleta y al jefe del gobierno español en Antioquia, Carlos Tolrá, en la batalla de Chorros Blancos (Campamento) a principios de 1820.
Comandando el batallón Antioquia, participó en la toma de Cartagena en 1821. Con el inicio de la Campaña del Sur, Bolívar le ordenó marchar a Ecuador, y en la batalla de Pichincha, no obstante estar muy disminuido su grupo, tuvo un reconocido desempeño, tal como lo informaron José María Obando y Antonio José Sucre.
También contribuyó en el debilitamiento de las fuerzas realistas pastusas, comandadas por el líder indígena Agustín Agualongo. Córdova ya ostentaba el grado de general de brigada, cuando se emprendió la campaña del Perú, bajo el mando de Sucre. En la batalla de Ayacucho, logró derrotar al ejército realista comandado por el virrey José de la Serna. Se resolvió así la Independencia del Perú, liquidando definitivamente el imperio colonialista español. La consecuencia inmediata fue la confirmación de la independencia de América del Sur, la creación de Bolivia y el reconocimiento como naciones de los nuevos Estados suramericanos por parte de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos.
Córdova continuó hasta Bolivia, donde permaneció hasta 1827 al mando de las fuerzas militares del país, mientras se llevaba a cabo su organización como nueva nación. Por este tiempo se le acusó de la muerte de unos de sus subalternos en Popayán, pero fue exonerado. Los orígenes de esta acusación se puede buscar en la reacción antimilitarista que tuvo lugar en la Nueva Granada. a causa de los excesos cometidos por los generales y soldados que participaron en la independencia, así como en los cuantiosos gastos que en ocasionaba un ejército numeroso y ocioso, concluida ya la guerra. Como reacción a la dictadura impuesta por el Libertador Simón Bolívar, Córdova se rebeló y organizó un movimiento militar en Antioquia, que tenía como fin el restablecimiento de la Constitución de Cúcuta. A esta insurrección se sumó, además, la sospecha de su complicidad en la conspiración de septiembre de 1828 contra Bolívar.
En carta al General Domingo Caycedo, fechada en Pasto el 15 de marzo de 1829, Córdova decía: "Estoy diciendo al Libertador el único camino que queda para salvarse con Colombia y hacer generosamente la paz con el Perú, después de haber destruido su ejército invasor: desembarazar al sur de tanta tropa dejando las guarniciones necesarias; encargar del arreglo de la administración, en general, al General Sucre; y volver en este año a Bogotá; reunir la representación nacional como lo había prometido, darle cuenta de su conducta; y dejarla obrar libremente; he aquí mis deseos y lo que ya he dicho muchas veces al Libertador".
Córdova fracasó en su rebelión. Fue vencido y muerto en la planicie del El Santuario, por las tropas del General Daniel Florencio O´Leary, en 1829. Su corta vida sólo le permitió revelarse como guerrero, incapaz de asumir tareas en la administración de gobierno. Según su biógrafa Pilar Moreno de Ángel, " Córdova llevó una vida donjuanesca y era tan ducho en las artes del amor como en las guerras". Se esforzó tenazmente por educarse, pero las condiciones impuestas por la guerra no le permitieron formarse para asumir responsabilidades en la conducción del gobierno y establecer una posición mesurada en el manejo de su ideario político de la posguerra.